El mundo de los cómic está lleno de cosas curiosas que resultan por demás interesantes. Pero en algunas ocasiones, te encuentras con afortunadas decisiones que resultaron por demás acertadas.
Durante los años 80, las dos principales editoriales de cómics: DC y Marvel habían potenciado sus ventas gracias a dos eventos que por sí solos marcaron una etapa en el mundo de los super héroes. Hablamos de Secret Wars (1984) y Crisis on Infinite Earths (1985). Sin embargo, las ideas se había terminado y los nuevos guiones no estaban siendo del total agrado de los lectores. Los escritores se hallaban bloqueados y no se encontraba una solución a esto.
Un par de años atrás, el editor en jefe de DC Comics, Len Wein había contactado a un todavía joven escritor y guionista británico y le había encomendado el desarrollo de una serie basada en el personaje Swamp Thing (La Cosa del Pantano), serie que parecía estar condenada al fracaso pues el corte de monstruos no era lo mejor en aquel tiempo. Para la sorpresa de muchos, este joven le dio un giro de 180° a la situación y mediante historias que mezclaron la realidad y la fantasía (lo que incluyó problemas sociales y ecológicos) logró que esta serie despuntara e incluso permitió el regreso de personajes que DC tenía desechados desde hacía mucho tiempo, tales como The Spectre, Deadman o The Phantom Stranger.
Este joven milagroso del que hablamos, el cual permitió el repunte de DC Comics, resultó ser nada más y nada menos que el mítico Alan Moore quien tanto en críticas como en ventas obtuvo un éxito brutal. Además de los personajes que retomó fue él quien introdujo al personaje Constantine (tan hablado en meses recientes), creó historias fabulosas como "Para el hombre que lo tiene todo" y "¿Qué pasó con el Hombre del mañana?" del personaje Superman. Y la clásica "Broma asesina" protagonizada por el Joker y Batgirl.
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Fue el autor intelectual de obras maestras como "Watchmen" y "V for Vendetta" lo que sembró las bases para la Novela Gráfica tal y la conocemos hoy en día. Además de todo, el éxito de Moore le abrió las puertas a colegas suyos británicos, principalmente de la editorial a la que él mismo perteneció: 2000 AD. Con todo, el éxito y la fama adquiridos no fueron algo que resultara del total deleite del llamado "Viejo gruñón" lo que lo llevó a retirarse del entorno público.
Tiempo después abandonaría por problemas legales y derechos de personajes la editorial que le abrió las puertas en el mercado americano. Aún así, nos dejó grandes legados que seguramente alguna vez comentaremos con mayor detalle cuando volvamos a considerar #UnPocoDeHistoria.
Alan Moore, el precursor de la invasión británica y el genio de DC Comics.
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